La boda de David y Citlaly en Guadalupe, Nuevo León

Seguido de eso fue el encuentro, todo guapo que se veía, nos tomó algunas tomas y bajamos, mi papá estaba al pie de las escaleras y yo quería llorar como magdalena. De ahí nos trasladamos a la sesión de fotosny comienza lo bueno, hacia un calorón que no tienen idea, al principio yo quería en las calles de barrio antiguo pero mi novio dijo no, el calorón que va a estar haciendo y dicho y hecho, pues decidimos irnos al palacio de gobierno, había un montón de novias, casi haciendo fila para tomar las fotos en las escaleras, vitrales y patio, pero todo salió.

En una de las fotos que me toma mi novio, me quiso dar el infarto, mi vestido era de dos tonos. Juro que así no se veía, yo escogí la tela, dije así, así y así la quiero y la pedí y las 4 pruebas jamás se vio diferente, hasta que salí al sol, quería llorar, pero dije ya que, no me fijé que mi guía o mejor dicho no recordaba que eran tono plateado y mis aretes dorados con rosa, así que ya, ya no me preocupé, el fotógrafo me dijo no se ve,

Después de ahí nos fuimos directo a la quinta, cuando llegamos mi novio le marcó al pastor porque cometí el error de empalmar la ceremonia y el civil, así que todo iba a estar súper rápido porque ya no lo pude mover por el coro, que se la volaron, se escuchaba hermoso y oh sorpresa. Aún venía en camino y le faltaba 1 hora y 20 para llegar, ahí fue cuando dije no puede ser, quería ahorcar a medio mundo, me cambié de zapatos y me subí a la estancia a esperar ahora al juez, él súper puntual, llegaron mis testigos y Nalle la coordinadora me comenta es hora, así que allá vamos, bajamos y casi no había nadie, otra cosa que me estreso, porque todo fue ahí en la quinta y ver que solo mis mejores amigas y familia estaban ahí.

Comenzó Roberto el Juez y me astillé con el abanico, así que ya se imaginarán, todo me pasó, fue rápido, conciso y muy emotivo, nos tomamos fotos y fotos y más fotos hasta que llegó el pastor y ya había más gente, así que decidimos comenzar, todo iba bien cuando estaba pasando el cortejo. El show fue cuando me tocó a mí, mi vestido esponjoso y mi papá, no cabíamos, así que me imagino que se habrá visto muy feo y gracioso. La verdad es que de los nervios no le puse mucha atención hasta el momento de los anillos, lazo y arras, que nos hizo contarlas y nos faltaba una. A mi tía se le había caído uno en la bolsita, el pastor nos pidió decirnos algo y yo no pude, soy super llorona que solo me salieron dos palabras, pero a él sí y peor aún, chillé a más no poder.

Después de la ceremonia, esperamos 15 minutos más o menos y comenzamos, tengo que confesar que no ensayamos el vals ni nada y él casi no baila cumbias, lo primero que puse en el playlist fue que no pusieran o iniciaran con ese género y fue lo que hizo el DJ del salón, me cayó tan gordo, cero recomedable, puso lo que quiso, hablé con él antes y le dije qué quería y que no, nunca me hizo caso y el sr muy grosero e igual la sra de la Quinta. La verdad es que los malos ratos de la quinta ellos me los hicieron pasar, la sra tenía a sus hijos y amigos de los mismos dentro del evento, atravesándose por la mesa de los novios o sentados a un lado de la alberca, con una cara de pocos amigos, no, no, no la verdad jamás la recomendaré.

A pesar de todo eso, me divertí mucho con mis amigas y obvio mi esposo. Todos los demás proveedores se sacaron un 100, definitivamente los volvería a tener en mi evento ¿Qué fue lo chistoso de la boda? Que no repartimos el pastel, no llevamos platos y pues casi nadie lo probó, pero estaba delicioso. Al final terminamos cansadísimos, le seguimos en casa de mis papás, pero yo lo que quería era llegar y aventar el vestido. Lo mejor de este día, fue que, al fin, estoy a lado del hombre que amo.