La boda de Darwin y Andrea en Querétaro, Querétaro
De noche Otoño Dorado 11 profesionales
D&A
30 Nov, 2019La crónica de nuestra boda
Normalmente se cree que las mujeres desde pequeñas soñamos con el día de nuestra boda, en mi caso no era así. Antes de conocerlo siempre había tenido otros planes en mente, viajar, competir, quizá alguna pareja, pero eso no era lo que se me daba mucho a mí, un poco sosa para las relaciones.
Y llegó el gran día.
Una noche antes todo era una locura, personas y familia que no veía hace mucho, confirmando a la hora que vendrían o que ya habían llegado, no sabía qué hacer, estaba tan estresada que no me había percatado. Estaba pensando que en unas horas uniría mi vida terrenal y eterna a este hombre, amoroso, tierno, un poco efusivo a veces explosivo, con algunos defectos, pero se compensan y son mínimos a un lado de sus virtudes.
Creo que solo dormí como 2 horas, llegó la hora de ir a la hacienda. Llegando al lugar todo parecía inmenso y hermoso, en ese momento decidí que ese día sería tan inolvidable que podía olvidarme de el mundo entero. Todo era tan claro. Comenzó el maquillaje y el peinado, tenía tantas expectativas, que tenía miedo que no me gustara ya en ese día que haría que arruinase mi momento especial. Pues no sucedió, terminaron, y parecía una reina, una duquesa rusa de esas que siempre me había imaginado que debería haber sido antes: un peinado alto, elegante un maquillaje delineado que definía cada virtud o aspecto hermoso de mi cara. A los 10 minutos después llegó el encuentro con el novio, todo temblaba, creo que estaba más emocionada y nerviosa, que cualquier mundial en el que había peleado. Estaba a pasos, los chicos de Nítida (foto y video) se encargaron de que se cubriera cada detalle de ese momento. Y su expresión cuando me vio no la puedo sacar de mi mente, se quedó sin palabras como 5 segundos, y luego dijo: "¡que hermosa te ves!". Con una sonrisa de oreja a oreja, y yo lo vi y lo único que quería hacer era abrazarlo y llenarlo de besos, el corazón no me cabía en el pecho.
Seguir leyendo »Ya llegado el momento rumbo a la iglesia, entré del brazo de mi padre, tengo la dicha de tenerlo a mi lado, de que me apoye y me guie cuando me equivoco. Pues llegué al altar ahí estábamos, tan felices, contentos, hasta el padre se daba cuenta de que no parábamos de hablar o reír por algún comentario que nos hiciéramos al oído, antes de los votos nos dijo incluso: "que buen cotorreo traen, desde allá se ve". Solo disimulamos la risa aunque no era muy posible con lo contentos que estábamos. Al decir mis votos contuve el llanto, no sabía cómo expresar tanta emoción y felicidad al decir esas palabras y prometerme eternamente a ese hombre que estaba frente a mí y él a mí. Todo el ritual ceremonial fue hermoso, nunca había disfrutado una misa como lo había hecho ese día. Nunca había puesto atención con el significado de cada símbolo del matrimonio y entonces entendí mi porque estaba con ese hombre que yo elegí. Al llegar a la hacienda de vuelta nos divertimos en las fotos tanto que me di cuenta que ¡a Darwin le gustan las cámaras!
Al llegar el coctel creo que moríamos de hambre los dos, la botana no nos duró, pero era momento de la entrada. Al entrar eso nos hizo sentir tan efusivos y en el brindis fue lo que pudimos platicarles, la gratitud de cada persona que estaba ahí, porque cada uno que llegó forma parte importante de nuestra vida, con los consejos, los regaños, el amor las enseñanzas y el impulso que nos dan al querer vernos felices, disfrutándonos, algo que escuchamos cada vez que nos felicitaban era que éramos la pareja más feliz que habían visto, y ¿cómo no íbamos a estarlo si era como nos sentíamos?
El vals, lo habíamos decidido ya meses antes por el contexto de nuestra relación, como novios de un año y medio y 1 años 3 meses viviendo juntos. Los buenos momentos y los no tan buenos en nuestro noviazgo, siempre habíamos plasmado ese amor que, aunque molestias, siempre nos quedamos y permanecemos juntos al decidir compartir cada día y afrontar cada obstáculo que se presente juntos. La canción del vals fue “Y si te quedas, ¿qué?”. ¡La sentimos tan nuestra que incluso escuchábamos cantarla el uno al otro! Esa es nuestra canción. El vals familiar con mi padre y mi suegro fue muy especial, sin lugar a dudas sus papás nos han dado tanto amor que nos ayudan a sobrepasar cualquier mal momento, guiándonos y, sobre todo, imparciales para que nosotros estemos bien.
Mi papá pidió un vals especial para mí y él, cuando comenzó la canción no pude evitar el llanto, describiendo esa canción cada etapa del como papá y yo como su hija en este momento, ¡vals para una novia! Creo que si la escucho otra vez vuelvo a llorar, simplemente me hace sentir que lo hago sentir orgulloso de mí, un lazo que nadie puede cambiar ni romper. Él es el primer hombre más importante de mi vida protegiéndome, regañándome y apoyándome ahora que he elegido al hombre de mi vida, que me acompañará en todo momento y crecerá conmigo como esposo, amigo y compañero y, en algún momento, como padre de nuestros hijos.
Para no ponerme sentimental prosiguió abrir pista, tenía años que no bailaba tanto con él, hasta agotarnos, incluso creo que bailamos y cantamos hasta las 3 de la mañana, no paramos, solo en la cena. Que fue un debate eterno elegir la cena en la degustación, pero al final de ese día lo elegimos y en nuestra boda fue deliciosa, creo que así será nuestra vida juntos: hacer un gran debate y divertido hasta que llegamos a un punto medio y elegimos cosas grandiosas y deliciosas, en este caso la cena: una ensalada deliciosa de frutas lechuga, frambuesas y queso crema, pollo al guajillo con naranja y verduras frescas a la mantequilla y espinacas a la crema, y una crema de queso que todo mundo pidió sobre mesa de todo. Ya estaba llegando el final cuando llego el mariachi y repartimos los hermosos detalles que dos personas que nos quieren tanto nos apoyaron para que se recordara este hermoso día, toallines grabados con "nuestra boda, Andrea y Darwin" y pulseritas de cristales de diferentes formas y colores para que fuera especial para cada una, así como cada persona es en nuestra vida de pareja. El mariachi no paro de cantar y Darwin tampoco, cabe mencionar es de sus géneros favoritos haciendo coro con el mariachi.
Una de mis primas nos dedicó una canción de mariachi con esa hermosa voz que caracteriza a Zazil, Llorona, esa canción nos gusta porque describe la vestimenta regional y tradiciones de la tierra de Darwin que es imposible no querer volver a visitar, Oaxaca.
Cada vez que pienso que va pasando un día más de que nos casamos pienso y le digo... “¿Y si lo repetimos?”, y él me contesta lo más hermoso en este mundo cada vez que se lo pregunto: “En 25 años en las bodas de plata y después otra vez en 50 años para nuestra boda de oro”.
Y si por mi fuera cada 100 años por toda la eternidad celebrar que nos hemos unido por la eternidad y que nos decidimos amar eternamente.
Gracias infinitas a cada persona que formó parte tan importante de este día.
A mi mamá que con tanto esmero hizo los vestidos de las pequeñas pajecitas, y nos obsequió tan hermoso detalle como fue el hacer ella misma la mesa de postres, que no es que nos dio sino el porqué, nos ama y procurar a ambos como pareja y como familia. A mi papá por su apoyo incondicional que nos abre los ojos ante cada situación que necesitamos afrontar, pero siempre nos da su mano para sostenernos. A mis suegros que con cada esfuerzo que hacen por estar siempre pendiente de nosotros, por ese esfuerzo que hacen por venir de tan lejos para darnos su bendición como nueva familia.
¡Gracias a todos!
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