La boda de Damián y Liz en Saltillo, Coahuila
Al aire libre Otoño Azul 2 profesionales
D&L
04 Nov, 2013La crónica de nuestra boda
Salí de la habitación rumbo al jardín donde me esperaba mi prometido guapísimo y el primer contacto con mi prometido fue un hermoso abrazo, donde todos mis nervios quedaron a un lado. Empezó ahí mismo la sesión de fotos con mi prometido, luego con mis damas y por último con nuestra familia.
Tuvimos la oportunidad de irnos en un hermoso coche convertible que nos llevó a la iglesia, en el trayecto mucha gente hacía sonar el claxon y nos saludaba y mandaba buena vibra.
Llegamos a la iglesia, mis amigas me apuntaron en la suela del zapato derecho sus nombres para que fueran las próximas en casarse y según la tradición, tenía que entrar con el pie derecho. Entraron mis damas, mi mamá con mi suegro, yo entré del brazo de mi papá (la iglesia estaba llena) y mi prometido ya me esperaba en el altar, mi papá le dijo cuídala mucho, me dio un beso y le dio mi mano a mi prometido. La misa estuvo hermosa, la ofició un sacerdote que habla muy bonito, y como escogimos las lecturas, todo estuvo dedicado a nosotros, el Ave María y otros cantos los interpretó una hermosa soprano acompañada de un tecladista que en conjunto sonaba como si cantara un ángel. Dijimos los votos muy bien, gracias a Dios no se nos olvidaron.
Seguir leyendo »Se terminó la misa y los productores del video nos dijeron que nos tomáramos un tiempo para dar la vuelta en el auto, y una fotógrafa nos iba tomando fotos mientras brindábamos por nuestra boda. Llegamos al restaurante donde me pidió que fuera su esposa, pedimos una cerveza en tarro mientras seguían con las fotos, las personas que estaban ahí nos desearon muchas cosas muy lindas, en seguida nos trasladamos a la quinta donde sería la recepción. Nos divertimos y disfrutamos tanto el coche. Por fin llegamos a una quinta con nogales y jardín, hermosamente aluzados, en las mesas los centros de mesa brillaban espectacularmente. Nuestra mesa de novios hermosa, con sillones blancos y mesa de cristal aluzada, con luz arquitectónica bajo unas vigas de madera. Entramos directo a la pista, todo se veía hermoso, mucho mejor de cómo lo soñé. Bailamos nuestro primer baile como esposos, nuestro vals (hasta mi final de Il Divo) donde al terminar se encendió la pirotecnia fría que hicieron que luciera más nuestro baile. Todos nos preguntaban qué cuanto tiempo habíamos ensayado, y la verdad que nada, salió totalmente natural. Bailamos con nuestros papas y empezó la fiesta súper divertida. La cena riquísima, hubo un área donde estaban las salas lounge, mesas tipo bar con la barra de shots y una cabina de fotos instantáneas padrísima.
Hicimos la víbora de la mar, aventé el ramo, mi esposo aventó la liga y partimos uno de los dos pasteles riquísimo.
El tiempo se fue rapidísimo pero disfrutamos al máximo cada instante. Mi boda me encantó y a mi esposo también. No es por nada pero ha sido la boda más divertida a la que he ido.
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