La boda de César y Carla en Monterrey, Nuevo León

Al llegar a la misa, aunque es bien sabido que mucha gente no va a la misa y menos tan temprano (5:00 pm), ¡la iglesia estaba casi llena! Me emocioné mucho mucho y no podía esperar a que mi novio me viera vestida de blanco. El caminar hacia el altar tomada del brazo de mi papá era uno de los tres sueños de toda mi vida, no podía pedir nada más, estaban tan agradecida con Dios y con la vida de que me permitieran vivir eso, que no tengo cómo expresarlo. La misa estuvo hermosa, llevamos un mariachi de coro ¡y fue espectacular!

De ahí fuimos directo al salón para realizar la sesión de fotos, escogímos a los fotógrafos de Zoom! y la verdad fueron super amables y atentos, eran muy dinámicos y tenían muy buenas ideas para las fotografías, no pude haber escogido mejores fotógrafos que ellos.

Después seguimos con la recepción de invitados y el civil, para después llegar al momento de bajar las escaleras del brazo de mi ya esposo. ¡Sentí tantos nervios al bajar! pues lo único que pensaba era en no caerme; al levantar la mirada y ver el salón lleno, sentí una inmesa felicidad, pues sabía que todos nuestros seres queridos estaban ahí acompañándonos en ese día tan especial.

El llegar a la pista y bailar el primer baile con mi esposo fue algo hermoso, el segundo sueño de mi vida, bailamos la de 'The way you look tonight' de Tony Bennet, y fue algo muy especial, entre risas y llanto. Seguimos con el baile con mis papás, el tercer sueño de mi vida, uno de los momentos más esperados y también fue mágico, lloré tanto de felicidad y escuchar a mi papá decirme tantas cosas bonitas fue lo mejor del mundo, bailamos la de 'Y cómo es él', de Marc Anthony.

Lo demás ya es historia, seguimos con la fiesta, escogimos a un excelente grupo, República, quienes tenían un gran ambiente. Nuestro mayor temor era que la pista estuviera vacía, pero fue todo lo contrario, en todo momento la pista estuvo llena y hasta el último minuto de la boda. Estamos mucho muy agradecidos con el salón y la música, pues gracias a ellos tuvimos una noche espectacular.

Se acabó la fiesta y partimos a mi casa, pues en unas horas viajábamos a Punta Cana para nuestra luna de miel. Prácticamente sólo tuvimos tiempo de bañarnos y terminar las maletas, pues a las 5 de la mañana pasaban por nosotros. Decidimos llevarnos mi vestido y el traje de mi esposo para ver si nos tomábamos unas fotos en la playa y fue una excelente decisión, las fotos quedaron hermosas y de ahí a disfrutar de nuestra luna de miel.

No me arrepiento de nada, aprendí que hay pequeños detalles en la vida que pueden estropear nuestros planes, pero debemos aprender y darnos cuenta que hay más cosas buenas que malas, a aprender de los errores y depende de uno sobrellevarlos de la mejor manera. Yo decidí que el día de mi boda iba a ser perfecto y nada me lo iba a arruinar, y con la ayuda de Dios, de mi esposo y mi familia, ¡ese día fue el mejor de todos!