La boda de Carlos y Gabriela en Azcapotzalco, Ciudad de México
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24 Oct, 2014La crónica de nuestra boda
Bueno, comienzo diciendo que a 8 meses de casada puedo decir que fue la mejor decisión del universo. Casi 40 años y jamás imagine que tendría la oportunidad de vivir algo así.
Me casé con mi mejor amigo y es el mejor copiloto de vida que pude haber encontrado. Salimos solo tres veces antes de hacernos novios, al mes vivíamos juntos y a los 25 días me pidió matrimonio. Dijo que no sería solo su pareja o la novia eterna, que para el si era importante firmar un papel y hacer todo legal.
Iniciamos con la fecha de 21 de marzo del 2015.
Pero a principios de septiembre todo cambió, una situación en un evento familiar me hizo pedir cambio de fecha y decidimos por el 24 de octubre del 2014. Se imaginarán que, al informar a la familia la sorpresa y sospecha de que si estaba embarazada, no. Iniciamos los preparativos, compras, lista de invitados. ¿Qué vamos a dar? presupuesto, malabares con el dinero.
Inicialmente seria íntimo y en el registro civil, pero gracias a Dios hubo mucha gente que nos apoyó. Un matrimonio amigo de nosotros nos pagó el juez a domicilio, mis suegros ofrecieron su departamento nuevo, aún sin muebles y el vino.
Seguir leyendo »Así que a iniciar, buscar vestido, que complicado. Nunca me ha gustado ir de tiendas, pero tuve suerte y en una casa alquiladora lo encontré en venta, cuando me lo puse supe de inmediato que era “el vestido”.
Los trámites en el registro fueron muy simples, es la ventaja de ser soltero y tener todo en orden. Recuerdos, árbol de los buenos deseos, decoración.
Llego el día D, nervios al mil. Cita en peinado 12:00, de ahí tuve la puntada de ir por mi hija a la escuela y después por el pastel y los bocadillos. Quería encargarme de todo personalmente, no debía haber margen de error. ¡Que lejos estaba de la realidad! Hoy día me río, pero ese instante...
De regreso donde se haría la ceremonia ya estaba la maquillista, quien realizó un trabajo espectacular, fuera de lo tradicional: Ojos en lila, gris y rosa, labios en rosa fuerte y pestaña postiza. No me dio tiempo de comer, lo cual fue un garrafal error pues soy diabética.
La gente comenzó a llegar, estaban citados a las 6 y el juez a las 7, yo ya no tenía mariposas en el estomago, tenía todo el zoológico.
Llega la juez y todos listos, show must go on. Casa llena, mucha mas gente de la invitada. Y cuando comienza a hablar ¡zas! Me empieza a dar una baja de azúcar. Me comencé a concentrar en mi respiración y en eso, escucho que mi Yogui y maestro comienza a recitar mantras, fue un regalo hermoso. De echo, en el video se escuchan como música de fondo.
La juez seguía hablando. Nos habló de la importancia de la familia, el respeto, el amor. Firmas de los novios, de los papás del novio y ¡oh sorpresa! Mi hija de 11 años pasa a firmar mi acta de matrimonio. Fue muy significativo incluirla de esa manera a esta nueva etapa que de igual forma a ella le afectaría para bien.
Huellas de los dedos, fotos con dedos entintados, intercambio de anillos y oficialmente los declaro marido y mujer. Ambos rompimos en llanto, haciendo todo mas emotivo.
Después de felicitaciones siguió ahí mismo la fiesta. Ensalada, pasta, bocadillos, botana y al momento del pastel, la novia se le ocurre levantar el cuchillo como si fuera a matar a alguien y el novio mete la mano. Hoy me da risa pero en ese momento me moría de terror, no encontraba mi kit de emergencia y urgía tela adhesiva.
Brindamos, bailamos, jugamos, obvio ya sin tacones, ambos llevábamos tenis para estar más relax. No faltó quien se embolsó bocadillos para llevar, la piraña que tomó mas de un recuerdo o que de ganas quitó la música y conectó su celular.
Mi boda íntima dejó más de 50, se convirtió en una gran boda con más de 75 personas, no se de donde salió tanto alcohol y refrescos, pero la pasamos tan bien que terminamos a las 4 am.
Hoy día soy la orgullosa mamá, ama de casa, maestra de primaria y también soy la Señora de Romero. Lo cual hace que esta aventura llamada vida sea mejor.
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