La boda de Beto y Moni en Jesús María, Jalisco

A las 5:00 pm llegaron a casa el fotógrafo y su equipo de trabajo, yo estaba peinada y maquillada, pero en pijama aun, ¡todo estaba listo y yo, feliz!

15 minutos antes de la hora tan esperada, mi prometido me llamó para decirme lo mucho que me ama, lo feliz que estaba y para avisarme, además que ya iba rumbo a la iglesia y no quería que yo llegara tarde. 10 minutos para las seis me dijo que ya era hora y me estaba esperando fuera del templo, pues habíamos acordado que yo saldría de mi casa hasta que él ya estuviera allá, fuera de la iglesia esperándome para nuestra primer mirada. Así que ya vestida, tomé mi hermoso ramo, con flores hechas de hojas para tamales, bajé las escaleras de casa y subí al bello auto que esperaba por mi.

La misa fue algo único, el padre Miguel es muy amigo nuestro y su sermón fue mucho más de lo que nosotros imaginábamos, ¡se robo todas las fotos de nuestro facebook y las incorporó en misa! Nos mostró lo bello de nuestro noviazgo, a una escala impensable y ademas omitió la foto donde Beto me propuso matrimonio, pero mostró donde yo lo recibí en el aeropuerto internacional de Guadalajara y todos nuestros invitados se quedaron creyendo que yo le propuse matrimonio a él.

Al finalizar la celebración, el sacerdote dijo: "El novio puede besar a la novia". ¡eso fue bellísimo!

Nosotros le dimos un regalo al padre: Una figura de él mismo, delante del altar con un micrófono en mano, ya que sus misas son interesantísimas por sus sermones especiales. Salimos del templo con un letrero delante que expresaba: "Aquí comienza nuestra historia" Afuera nos recibió un mariachi y toda la gente que nos acompaño a la celebración (parroquia llena), ¡nos dieron muchos abrazos! y de ahí partimos a casa de mi tío, donde nos tomaron las fotos y luego al baile.

En nuestra primera canción como esposos "Te voy a amar" de Axel Fernando la pista fue iluminada con antorchas y le cantaba al oído a mi esposo, la mejor parte fue: "Es poco decir que un beso tuyo siempre encuentro mi paz". Mi esposo tomo mi rostro y me beso en los labios.

Bailamos mucho, nos divertimos, nos besamos, disfrutamos. Todos nos decían que nunca habían visto a unos novios que se vieran tan felices en su boda, y nos deseaban esa felicidad para toda la vida. ¡Diosito nos permita vivir asi de bien hasta la vejez!

Ese fue nuestro gran día, el inicio de una eternidad juntos. Siempre estaré agradecida con Dios por ponerlo en mi camino, y se que él también lo esta, ahora solo nos queda luchar por ser buenos esposos y pedirle a Dios vida, amor y años suficientes así como la victoria en nuestras luchas, y claro, que nos otorgue la eternidad, para amarnos sin límites. ¡Somos esposos para siempre!