La boda de Augusto y Adriana en Jilotepec, Estado México

La boda se llevó acabo el sábado 30 de mayo del 2020, con un estilo, boho-arabe-marriquí je, je, je, es lo mejor que puedo describirlo, aunque creo que aun no existe una palabra que lo defina completamente.

Debido a la pandemia, la diseñadora que me haría mi vestido ya no pudo realizarlo y lo compré en jjhouse, porque prácticamente así se realizó toda la boda, comprando cosas por Internet ya que todo estaba cerrado, y aunque fue difícil, no fue imposible. Se rentaron sillas y mesas a un pueblito cercano, con una carpa. Mandamos hacer una tarima de madera para bailar, y ya desde noviembre del 2019 habíamos comprado una serie de 20 metros de focos.

El maquillaje también ya lo había agendado por lo que ellos agradecieron que siguiera con el plan porque eran tiempos difíciles también para toda esa área.

El pastel lo compré por Internet y estuvo buenísimo, las flores las compré con una florería local cerca de mi casa en la CDMX y me encantaron, yo ya conocía su trabajo, pues también fue la que le hizo el ramo a mi hermana y decidí contratarla a ella por a buena experiencia y no me decepcionó, su florería se llama Somnus.

La ceremonia empezó a las 6 de la tarde, mi papá fue el que me llevó al altar mientras de fondo se escuchaba una canción del señor de los anillos, (me sentía como una elfa) je, je, je. La ceremonia fue breve, pues, lo más importante era decirnos nuestros votos, (somos cristianos), así que el mensaje de nuestro Pastor fue breve, conciso y lleno de bendición. Su hermano tocó en vivo una alabanza para agradecer a Dios por nuestro matrimonio.

Tuvimos varios elementos que simbolizaban, la unión, la prosperidad, Dios como la cabeza de todo, alegría, gozo, y amor.

Tuve 5 damas y un fotógrafo increíble al cual también contactamos por Internet ja, ja, ja.

Mientras nos tomábamos fotos nuestros invitados degustaban aperitivos de humus con pan pita, tabulen y unas ensaladas que había hecho mi mamá, a la hora de nuestra entrada pusimos una canción de División Minúscula que es mi banda favorita, bendecimos los alimentos que fueron una barbacoa y consomé delicioso, aun lo saboreo. Al ver que estaba sucediendo no sentía más que felicidad y dicha verlos a todos ahí.

¡Hicimos el brindis con un vino Kosher exquisito! Y abrimos la mesa de postres de dulces árabes je, je, je. Como era en el campo al aire libre, de recuerdo di una frazadas que yo hice con nuestro logo estampado, lo cual agradecieron mucho los invitados, pues sí hacía frío.

Ya casi para el termino de la boda, hicimos nuestro baile de esposos, bailando un remix de a Whole new world (Aladdin) con Gimme, gimme, gimme de Abba lo cual fue muy divertido y nuestros invitados no se lo esperaban, pues ¡además mi esposo no bailaba nada!

Finalmente partimos el pastel que fue de pan de plátano con fresa y nuez, ofrecimos café. Dimos un agradecimiento a todas las personas involucradas y pasamos a dar el ramo y el pañuelo, yo lo di con una canción hebrea, pero con un baile libanés llamado Dabke, mi esposo solo aventó el pañuelo, ja, ja, ja. Para despedirnos dimos luces de bengala y formando un pasillos, nos pasamos en medio de ellas.

Para mí en lo personal fue mi boda soñada, pese a todo, hasta la fecha lloro de gratitud por que fue posible realizarla con todas las medidas de salud necesaria ¡y gracias a Dios nadie se enfermó por asistir a nuestra boda! ¡Eso aun para mí es lo mas importante! Pues seguí la voz de Dios que dijo ¡confía en mí y yo cuidaré de ti y de tus invitados! ¡Así que nuevamente a Dios , a Jesús y al Espíritu Santo sea toda la gloria!