La boda de Antonio y Margarita en Isla Mujeres, Quintana Roo
En la playa Primavera Rosa 5 profesionales
A&M
18 Mar, 2022La crónica de nuestra boda
Empezamos a planear nuestra boda desde el 2020 en el hotel Mía Reef Isla Mujeres, ubicado en un islote en la mejor playa del caribe. No conocíamos Isla Mujeres, pero vimos fotos y nos enamoramos del gazebo norte del hotel, porque es como casarse en el mar, pero sin el inconveniente de estar en una playa donde se pueden colar los curiosos y salir en tus fotos de la ceremonia, como la chica con el bikini y el gordo en traje de baño. El gazebo norte del hotel Mía Reef está en la punta del islote en el que se encuentra el hotel, está sobre un risco al fondo de las villas por lo que es un lugar muy privado, solo tienes al mar de testigo y escuchas las olas romperse en las rocas del risco.
Nos conocimos hace 20 años, cuando en el 2002 iniciábamos nuestro primer día de clases en la Escuela Superior de Cómputo del IPN, desde ese día fue amor a primera vista para Tony, pero no así para Maggie, quién fue flechada por cupido hasta 2005, cuando nos hicimos novios un 18 de enero en el Mirador de la Torre Mayor que acababa de inaugurase. Nuestro noviazgo universitario duró casi 3 años, pero lamentablemente terminó cuando nuestros caminos se distanciaron. Fuimos amigos 5 años más hasta que, un exnovio celoso de Maggie, hizo que rompiera toda relación con Tony, quién enojado por el distanciamiento de Maggie, se desapareció de la faz de la tierra por 5 años, durante los cuales Maggie buscó a Tony por diferentes medios ofreciéndole una disculpa sin éxito. Entre tantos intentos, le envió correos electrónicos que Tony no leyó porque ya estaba en una relación formal. En diciembre de 2017, después de muchos intentos fallidos, Maggie hizo lo impensable, encontró el perfil de Tony en LinkedIn y llamó a la empresa en donde trabajaba, Tony respondió y ella pidió disculpas por el incidente que había ocurrido 5 años antes. Y volvimos a vernos para darnos cuenta de que ninguno de los dos se había casado, ni tenidos hijos, que ambos estábamos solteros sin ningún novio o novia en puerta, así que, donde hubo fuego cenizas quedan, y empezamos a salir de nuevo. Tony preparó una cena romántica el 18 de enero de 2018, haciendo honor a nuestro aniversario de cuando éramos novios en la universidad, y así volvió a pedir a Maggie que fuéramos novios otra vez, esa noche le entregó a Maggie un anillo de promesa con una churumbela de diamantes.
Seguir leyendo »Fuimos novios por 2 años más cuando Tony invitó a Maggie a la cena de Acción de Gracias del 2020 que ofrece el exclusivo Club 51, ubicado en el piso 51 de la Torre Mayor, donde 15 años atrás estaba el mirador público en el cual un 18 de enero se habían besado por primera vez y empezado su primer noviazgo. Casi al finalizar la cena, nos comprometimos cuando Tony entregó un anillo de compromiso hermoso e hizo la pregunta que Maggie esperaba con ansias: "¿Quieres ser mi esposa para siempre?", a lo que ella contestó: "Sí, por siempre y para siempre".
Por ello empezamos a planear nuestra boda desde 2020, en diciembre estábamos apartando el gazebo norte del hotel Mía con un depósito. Hubo muchos contratiempos durante todo este tiempo, porque en enero 2021 reservamos con otro depósito el Luxury Beach Club en Isla Mujeres para nuestra recepción, el cual contaba con una hermosa palapa en la playa con piso de madera, pero lamentablemente en abril del mismo año nos cancelaron nuestro evento por la pandemia, con lo cual tuvimos que desinvitar a más de la mitad de los invitados que ya teníamos, ya que el Luxury Beach Club tenía capacidad para 150 personas y nuestra segunda opción, hacer la recepción en el Hotel Mía Reef tiene la playa para las fiestas sin palapa, pero el salón back up en caso de mal clima tiene una capacidad tan solo para 50 personas, así que tuvimos que reducir nuestra lista de invitados a lo más posible, fuimos 60.
Durante nuestra planeación en el Hotel Mía tuvimos varios cambios de wedding planners de parte del hotel, lo cual fue molesto por tener que volver a dar toda la información al nuevo wedding planner, era muy complicado comunicarse con los primeros ya que pedían todo por correo y no nos respondían llamadas. Pero al final, a 3 meses de la boda, nos asignaron a una wedding planner excelente que fue Viviana, ella nos dio un seguimiento puntual y nos ayudó a planear la boda que aún no terminaba de planearse, no teníamos cerrada aún la decoración ni las flores, y la proveedora con la que llevábamos meses ajustando la cotización, a dos meses de la boda nos dijo que no podría hacer nuestro evento.
Viviana le pone corazón a las cosas y su trato fue super amable, es una apasionada por su trabajo. No importaba la hora, ella estaba super al pendiente y también el nuevo gerente del hotel, que nos dio un excelente trato, Marcos Salinas. Ambos nos recomendaron a otra proveedora de decoración y flores que tenía experiencia en la Isla Mujeres, quién hizo una decoración hermosa para nuestra boda, pero tuvo algunos errores graves, aunque visitamos la Isla Mujeres 1 mes antes de la boda para afinar detalles y repasamos nuestras preferencias mil veces.
Planear nuestra boda fue muy complicado y estresante, cuando tienes una boda destino hasta tienes que recomendar hospedaje a los invitados. Afortunadamente, el Hotel Mía Reef nos dio una tarifa de grupo para nuestros invitados, pero algunos decidieron por un hospedaje más económico, por lo que en nuestra visita previa a la Isla pedimos información en varios hoteles cercanos para nuestros invitados.
Hicimos varios envíos de cosas para nuestra boda a Isla Mujeres, como espadas láser (más adelante explicaremos por qué), un termómetro infrarrojo para medir la temperatura de los invitados (el cual se les olvido a los wedding planners usar), enviamos quinqués y velas que nosotros mismos decoramos como manualidad.
Llegamos a la Isla Mujeres 2 días antes de la boda, para ajustar los últimos detalles, darle a los quinqués los últimos arreglos, preparar los cuadernillos que explicaban y traducían cada momento de nuestra ceremonia budista con la cual nos unimos, no queríamos que pensarán los invitados que estábamos invocando demonios durante la ceremonia. Solo nosotros dos somos budistas y el resto de nuestras familias son católicos.
El día de la boda fue muy movido, Tony estuvo revisando que todo estuviera hermoso y como lo habíamos pedido, teníamos 4 wedding planners, 2 del hotel y 2 externos, pero aun así, había detalles que nadie estaba cuidando. Por ejemplo, le pedimos a la decoradora 2 floreros en el gazebo de la ceremonia para el recinto del buda, le pagamos un dineral por 24 flores casablancas, pero los llevó en botones, eran puras ramas verdes, no había flores blancas como queríamos. Al menos alguien se dio cuenta y pidió que pusiera flores blancas, ella dijo que no tenía más casablanca y nos puso rosas blancas, al final no era lo que queríamos, pero quedó bello. A la misma proveedora le pedimos una guirnalda de flores para la mesa principal donde nos sentamos los novios y nuestros padres y abuelita, lamentablemente ella no entendió, aunque se le enviaron fotos que era una guirnalda de flores y armó un arbusto con flores sobre la mesa principal que obstaculizaba toda la vista. Si estabas sentado no veías nada, así que nuestras familias no pudieron ver nuestro primer baile, ni los otros bailes. Hasta que, como a la mitad de la fiesta, a Maggie se le ocurrió pedir que bajaran el arbusto al piso frente a la mesa principal, se veía muy bonito ahí porque era un arbusto y no una guirnalda de flores, y eso lo pudieron cuidar las wedding planners del hotel, pero no lo hicieron. Otro error de T. de M., la decoradora y florista, fue que le pedimos que pusiera en la mesa principal y en las mesas de los invitados quinqués, que nosotros, los novios, hicimos como manualidad en Ciudad de México y que enviamos a Isla mujeres. Al final parece que a ella no le gustaron, pero si eran nuestros quinqués y es nuestra boda, ella debió cumplir con lo que decía el contrato y ponerlos, pero no los hizo. Los wedding planners externos al hotel se dieron cuenta y le pidieron que los pusiera, a regañadientes. T. los puso, pero solo en las mesas de los invitados, pero los 4 quinqués que iban en la mesa principal no los puso porque, según ella, ya no cabían por el arbusto que nos puso sobre la mesa. Cuando me di cuenta de que no estaban, eso me rompió el corazón, fue muy triste, nos tardamos meses haciéndolos y los soñaba en nuestra noche especial, y ella no los puso, eso sí me enojó mucho.
Pero fuera de todos esos detalles que no salieron como queríamos, nuestra boda en general fue increíble, los invitados no dejaron de decirnos y aún nos dicen que esa fue la mejor boda a la que han ido en su vida.
La ceremonia fue ambientada por un cuarteto de cuerdas, ellos tocaron 15 minutos antes de empezar la ceremonia mientras llegaban los invitados. Cuando entro el cortejo de las 4 damas de honor acompañadas de los 4 best man tocaron le himno de la Champions porque en ese momento también entró Tony con su mamá del brazo.
Cuando entró Maggie con su papá del brazo tocaron el canon de Pachelbel, fue un momento hermoso mientras se cruzaron nuestras miradas y no se separaron más.
La ceremonia budista fue dirigida por el Dharmachari Aryadarshin, él al ser nuestro amigo y maestro, fue un honor que dirigiera nuestra ceremonia de unión y de ir al refugio de las 3 joyas juntos. Intercambiamos nuestras alianzas, hicimos nuestros votos que nos hicieron llorar. Tuvimos el canto del mantra de Tara Verde por la hermosa voz de la Dharmacharini Chandrasiddhi, la lectura del Dhammapada (libro con parte de las enseñanzas de Buda) fue “Caminos paralelos”, un verso que en verdad nos encanta a ambos y con el cual nos identificamos y lo leyó de una manera maravillosa nuestro amigo budista Julio César Nieto Reyes, quien nos honró con su presencia. Finalmente, para cerrar la ceremonia, nuestro amigo Salvador cantó la Gatha para el bienestar de todos los seres, en ese momento mi piel se erizó con su melodiosa voz.
Al finalizar, nos dimos un hermoso beso de casados, nos aventaron algunos pétalos de rosa blancos, no todos, porque como todo se retrasó las damas de honor no tuvieron el tiempo de entregarlos a todos, al menos hubo algunos y fue lindo.
La hora del cóctel para los invitados, con canapés y mojitos, fue amenizada por una violinista, aunque realmente le pagamos por un dueto de percusión y guitarra, queríamos algo caribeño para empezar a poner ambiente, pero no llegaron los músicos y el proveedor dBMusic nos ofreció a la violinista de último momento, a lo cual aceptamos.
En la locación del cóctel, que fue en la explanada que da a mar abierto en el Hotel Mía, nos tomamos una foto grupal con todos los invitados y un drone nos tomó vídeo de todos celebrando y gritando, fue un momento muy divertido.
Mientras ocurría la hora del cóctel, nosotros tuvimos nuestra sesión de fotos increíble en el gazebo del muelle y otras fotos con la familia.
Entramos a la recepción, que fue en la playa, cruzando un arco formado por espadas láser que hicieron las damas de honor y los best man mientras de fondo se escuchaba la canción del intro de Star Wars, si somos fans y no queríamos que ese detalle faltará en nuestra boda
El pastel no lo hicieron en el hotel Mía Reef, porque ellos nos querían vender un pastel para 60 personas por $12,000, lo cual se nos hizo excesivo, así que los wedding planners externos nos contactaron con su pastelera de confianza, quien además nos hizo por $4,500 150 postres mini para la mesa de los postres, la cual nos decoró Mandarina Studio. El pastel lo queríamos con decorado de estrellas de mar y conchitas, de hecho, en lugar de tener a los clásicos novios en la parte de arriba tiene 2 estrellas de mar con una concha detrás, pero de lejos parece que el pastel tiene cuernitos. Pese a eso, nos gustó mucho y estaba delicioso.
Después de partir el pastel, nos dijeron que tenían una sorpresa para los novios, no entendíamos qué era, porque nosotros revisamos el minuto a minuto de cada detalle de la boda con los 4 wedding planners, pero resulta que mis amigos de mi trabajo que no pudieron venir a la boda, nos grabaron un vídeo con mensajes muy conmovedores y sus buenos deseos para nuestro matrimonio. Fue muy emotivo porque fue grabado en diferentes idiomas el mensaje, ya que algunos no hablan español.
Tuvimos un menú vegetariano en la recepción porque la filosofía budista busca el beneficio de todos los seres y, por ende, busca no usarlos de alimento. Aunque solo pocos invitados eran vegetarianos, el menú le gustó a la mayoría. Lamentablemente, mi sobrino se intoxicó con algún ingrediente de la cena, pero muy amablemente las wedding planners del hotel le consiguieron un medicamento para la intoxicación y no pasó a mayores, mi sobrino tiene algunas alergias alimentarias.
El menú que escogimos del Hotel Mía incluía barra libre, pero, adicional a ello, con DBMusic contratamos el limbo shots, lo cual fue un acierto, estuvo muy divertido y nos dieron de regalo el show de los hombres espejo que pusieron ambiente en la pista, bailamos hasta que se acabó la fiesta
La pasamos increíble en nuestra hermosa boda con nuestra familia más cercana, amigos budistas, amigos que fueron a Isla Mujeres desde Ciudad de México, Brasil, Colombia, Chile, Alemania y Barcelona. Fue increíble y hermoso unir nuestras vidas en el paraíso que es el hotel Mía Reef Isla Mujeres.
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