La boda de Alan y Melina en Monterrey, Nuevo León

La crónica de nuestra boda

Quiero contar mi experiencia como novia. Mi boda la realicé un domingo por la tarde, buena excusa para que los familiares y amigos muy cercanos se quedarán hasta el final de la fiesta y por ser domingo nadie faltara a la comida. Me fue de maravilla, al principio estaba indecisa por escoger este lugar ya que es pequeño para 70 personas y lo común es que las bodas sean más grandes, pero mi presupuesto no me daba para un lugar con más capacidad y creí que mi boda iba ser algo muy sencillo, pero no fue así, fue una gran sorpresa que jamás imaginé, me encantó, fue hermosa, en verdad no creí que todo iba salir tan perfecto y a todos los invitados les encantó.

Fue una boda fuera de lo común, algo que no está muy visto, al final no te preocupas de llenar los espacios vacíos pues con 70 personas se ve muy llena tu fiesta el ambiente entra más en calor, tu como novia estas más cerca de todos tus invitados y alcanzan a contemplar a los novios todo el tiempo, cada detalle del vestido de la novia, así como también ver cada rincón del hermoso salón, nada pasa desapercibido. Recomiendo la mesa de postres ya que es deliciosa y a los niños les encanta, también recomiendo demasiado al fotógrafo del salón pues toda mi familia quedó fascinada con él, te ayudaba en todo momento a verte bien, te decía como te pusieras o si a las personas a las que se les estaba tomando la foto se les desacomodaba el vestido, traje o hasta el peinado, todos decían ¡woow! nunca he conocido a un fotógrafo así y eso que hemos tenido muchas bodas familiares. Los arreglos florales quedaron justo como los quería con colores muy alegres, mi pastel fue de 3 pisos, pan de vainilla y relleno de chocolate. Mis invitados vieron cada detalle del salón. Me llevé una hermosa sorpresa en un lugar pequeño, pero acogedor y realmente bello.