La boda de Toñeco y Isa en Cholula, Puebla

La crónica de nuestra boda

El día empezó normal, tenia la sensación de que no era real lo que estaba viendo, después de todo ya había cambiado la fecha una cantidad considerable de veces. A eso de las 7:30 empecé a entrar en razón, ¡en unas horas estaría frente al altar! Comencé a saltar la cuerda y en el inter recordé que no había enviado el orden del cortejo nupcial así que abrí Canva (la vieja y confiable) y me dispuse a realizar una infografía para las damas y damos. Pasado un rato mi mamá despertó y me preparó el desayuno, por supuesto que no tenía hambre en ese momento, pero ella me conoce bien, al fin y al cabo, es mi mamá. Platicamos tranquilamente hasta que llegaron los estilistas, los chicos de la fotografía, las damas, etc.

En cosa de un par de minutos éramos ya 10 personas en la casa, cada quien en una habitación distinta, sin embargo se escuchaba el barullo y se sentía el calor de toda la gente en mi hogar. Al cabo de un par de horas terminaron de arreglarme, el sentimiento era divino, no acostumbro maquillarme, mucho menos peinarme y el haberme visto al espejo, por poco hace que suelte una lagrima. Me siento muy afortunada, las personas que me arreglaron son amigos nuestros y lo han hecho con tanto cariño. Pasada una media hora, mi cuñado llegó por mi, debo agradecerle pues siempre ha sido todo un caballero pero ese día, mucho más, Toño y yo acordamos realizar un “first view” para aprovechar el paquete fotográfico y vaya que lo hicimos. Nos vimos en un parque hermoso cerca de nuestra casa, cuando yo llegué él ya estaba ahí, lo vi de espaldas con su saco azul, reconozco su figura a lo lejos. Me pidieron acercarme poco a poco, tapé sus ojos, lo abracé por la espalda y llegado el momento, volteó, una risa nerviosa y una lágrima escapó de sus ojos. Me costó mucho trabajo contener mis lágrimas, pero no estaba dispuesta a arruinar el trabajo tan bello que hicieron para mí.