La boda de Mauricio y Clarisa en Cancún, Quintana Roo

La crónica de nuestra boda

Amaneciendo en el gran día preparé las cosas de mi esposo y de mi hija, que se iban a casa de mis suegros para poder prepararme y lucir tan hermosa como lo soñé. En todo momento traté de estar tranquila, pero parecía que todo el mundo estaba tan emocionado que me marcaban al celular para preguntar cómo estaba y eso me ponía aún más nerviosa.

Desayuné con mi mamá y mi abuela que se quedaron en casa para ayudarme en lo que necesitara, y al fin dio el medio día cuando llegó el fotógrafo que también fue mi maquillista, con su hijo encargado de la segunda cámara y su compañera que me peinó, y así empezó todo. Cuando terminaron de arreglarme llegó la hora de ponerme mi vestido, es tan hermoso como siempre lo imaginé. Me fotografié tantas veces pude con mi madre, fue un momento muy especial.

Cuando ya era hora de partir, llegó mi suegro a buscarme para partir a la iglesia, y me quedé escondida, pero podía observar a todos fuera de la iglesia preparándose para recibirme. Al salir del coche mi corazón empezó a latir muy fuerte, sabía que al fin el momento tan soñado había llegado. Mi hermano menor, con quien tengo más contacto, me tomó de su brazo y me entregó al amor de mi vida. Con mucho trabajo pude contener las lágrimas para no arruinar mi maquillaje, y fui muy, muy, muy feliz. Nunca olvidaré ese momento en que lo vi a los ojos, me tomó de la mano y me dijo que estaba muy hermosa. Después al salir de la iglesia nos aventaron rosas y todos partimos hacia el salón ubicado en la zona hotelera de Cancún para realizar nuestro enlace civil.