La boda de Enrique y Haydeé en Durango, Durango
Verano Rojo 2 profesionales
El 22/07/2016 69 0 0
E&H
22 Jul, 2016
La crónica de nuestra boda
Ese día fue de los más hermosos de mi vida, desde que desperté no pude dejar de sonreír y de pensar en mi amor y compañero de vida. Todo estaba listo y no había necesidad de estar aprensiva sino de disfrutar cada segundo.
Lo primero que hicimos a inicio de año fue apartar la misa en la iglesia de “Cristo Rey” siempre me gustó esta iglesia así que fue otro sueño hecho realidad casarme allí. Llegué un poco tarde a la misa y mi entonces novio estaba muy nervioso de que no llegara, pero su rostro al verme llegar por el pasillo jamás lo olvidaré, nuestros ojos llorosos al entregarme mi padre con él, las palabras del padre que nos casó fueron hermosas y sobre todo la emoción al decirnos nuestros votos con voz quebrada.
El salón que ambos escogimos fue "El Rincón", aquí nos ofrecieron muy buenos paquetes para nuestro evento y la verdad se lucieron con la cena, nos encantó a todos, pedimos unas papitas cambray ricamente sazonadas, espagueti del cual no recuerdo el nombre pero tenía crema y queso, y unos rollos de carne rellenos que estuvieron para chuparnos los dedos.
Seguir leyendo »Elegimos una decoración sencilla, nunca me ha gustado que los adornos de la mesa tapen el rostro de la gente y estorben para platicar, así que fueron unas bolas de rosas rojas con velas y pétalos sobre la mesa.
Nuestro primer baile como esposos fue con la canción de Metallica "Nothing Else Matters", es de mis favoritas y mi esposo estuvo totalmente de acuerdo. Fue la elección correcta, ambos lloramos mientras bailábamos al ritmo de esta emotiva canción. Claro que quisimos todo el protocolo tradicional del baile del billete, las viboritas y mi esposo no se salvó de que lo encueraran, que bueno que se compró unos lindos y decentes calzones.
La fiesta fue tan divertida al compartir estos dichosos momentos con nuestras familias y amigos, bailando como locos con el sonido que contratamos que hasta la hicimos y con una hora de música de banda para cerrar con broche de oro.
Como no nos gustó la idea de tener sesión de fotos el mero día de la boda, después de 2 días nos fuimos a Puentecillas, Durango e hicimos nuestra sesión de fotos, ya más tranquilos y relajados y hasta una rica discada para comer, todo un día de campo y fotos hermosísimas.
Agradezco a toda la gente que nos apoyó, incluso la que no pudo acompañarnos, sin todos ellos con sus muestras de cariño y aprecio no hubiera sido lo mismo.
A todas las parejas que no se deciden por hacer una celebración de boda yo les aconsejaría que, si la hagan, vale la pena festejar una unión que es para siempre, no importa cómo, cada quien tiene su manera y su presupuesto, y no se trata de gastar a lo tonto, si se ponen abusados no sale tan caro. Muy buena suerte a todos.
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