La boda de Andrés y Merci en Playa del Carmen, Quintana Roo
En la playa Primavera Anaranjado 4 profesionales
A&M
15 May, 2016La crónica de nuestra boda
Bueno, pues casarse sí es una gran cosa. Primeramente porque es un sacramento (si te casas por la Iglesia Católica) y porque es un compromiso con contrato (si te casas por lo civil), además de que es una promesa pública de unión y fortaleza (en los diferentes rituales como la ceremonia maya, entre otras profesiones de espiritualidad), pero ante todo es uno de los días más esperados por muchas de nosotras y nosotros (los novios próximos a casarnos), eso amerita un gran evento, un gran día y un gran recuerdo.
Es cierto, no voy a mentir, trabajas mucho tiempo y muy duro para que todo (aparentemente) se termine en un solo día, por eso mismo muchos actualmente han optado por “no hacer fiesta y mejor hacer un viaje”, es una gran opción también… pero la verdad, no cambiaría este día y esta celebración por nada del mundo.
Nuestra historia en el plan de boda comenzó muy rápido, fortalecidos por nuestro noviazgo y al estar decididos que queríamos pasar el resto de nuestras vidas juntos, después que él me entregara mi anillo, decidimos casarnos en menos de un año, eso nos dejó con muy poco tiempo para planear, además decidimos hacer una boda destino, ya que su familia es de Yucatán y la mía de Guadalajara, así encontramos un punto medio, accesible y cómodo para poder reunir a todos nuestros invitados.
Seguir leyendo »Por lo tanto:
Reto 1: Planear una boda.
Reto 2: Hacerlo en un lugar lejano a los hogares de ambos amigos y familiares.
Reto 3: Con muy poco tiempo.
¿Qué nos comentaban? Es muy difícil, va a ser muy complicado, ¿están seguros? Pero él y yo ya sabíamos lo que queríamos, disfrutar en un ambiente natural (el mar) uno de los días más importantes de nuestra vida juntos (nuestra boda). Así que decidimos seguir con el plan.
Conocimos varios hoteles en la Riviera Maya hasta que, sobre todo por la calidad del lugar y atención del personal así como una buena proporción ‘calidad-precio’ decidimos casarnos en el hotel Iberostar Paraíso Beach, todo esto lo vivimos asesorados por el equipo de Wedding Planner de My Dream Wedding by McTours & Travel, muy recomendado por conocidos nuestros.
¿Siguiente paso? Elegir fecha… al ser en playa queríamos tener buen clima y la mejor temporada, consideramos que era mayo, por lo tanto tendríamos que hacer la boda o “muy pronto” o “muy lejos”, porque no había disponibilidad en los hoteles para esas fechas, y después de valorar un millón de cosas (personales y de nuestros invitados) optamos por casarnos “pronto” y poder seguir con nuestros sueños y planes de pareja ya casados (de estudios y profesionales).
Apartar la fecha en los hoteles de la Riviera (para quienes se han casado ahí, no me dejarán mentir) fue como me imagino que es “querer atrapar la mejor ganancia en la bolsa de valores” ¡estresante! Todo tenía que decidirse y resolverse prácticamente al momento, obviamente con dinero en mano.
Si nos ofrecían una fecha, al día siguiente (mientras valorábamos la fecha y si era la mejor opción) ¡Ya no era una opción! Todo esto de la oferta y demanda de fechas para las agencias de viajes ¡Wow! Se vuelve un acto de circo.
Pero créanme, vale la pena… y algo que tuvimos muy en mente y lo tendrán que tener todos los que piensen casarse con boda destino es: no puedes tener a todos satisfechos, menos en un evento así. Todos los parientes, amigos, etc… tendrán eventos, fechas apartadas, disponibilidades diversas, opiniones sobre la lejanía, cercanía o inclusive la elección del lugar, pero lo central es que ustedes los novios y sus familiares- amigos más cercanos puedan asistir.
Serían de quienes principalmente habría que tomar en cuenta la posibilidad de asistencia, aún así, nada nos asegura esa cuestión. Nos comentaron que en bodas destino el 40% de invitados no asisten (en una boda ordinaria en su propia ciudad es el 20% el estimado) y si nos faltaron varias personas cercanas, pero aún así, lo que me negaba a creer pero muchos me dijeron fue: “lo más importante ese día es que los dos van a unir sus vidas para siempre”, extrañamos a muchos amigos, pero lo más importante ocurrió y tal como debía haber pasado. Hoy somos felices esposo y esposa, y dijimos nuestro sí donde más soñamos decirlo. J se añadió a nuestra lista un sueño hecho realidad.
En nuestro caso, valoramos muchas fechas y después de un mes entero de estar apartando y “desapartando” fechas, elegimos por fin un día: “el nuestro", por fin y para siempre; una vez elegido comenzamos a invitar a todos, hacer el save the date electrónico y posteriormente las invitaciones formales (en mi caso fue muy complicado hacerlo llegar a todos y de manera personal ya que no vivo en mi ciudad natal).
Y por fin se llegó el día, después de varias discusiones entre mi novio (ahora ya mi esposo) y yo, porque todos las viven sobre cualquier cosa insignificante (colores, tipo de sillas, gastos extra, etc.) pero que son parte de la planeación e inclusive una forma de crecer juntos en la toma de decisiones, también después de muchas cuentas, complicaciones económicas y oraciones a Dios para resolverlo todo, así fue, cada reto que se aparecía siempre se pudo resolver de la mejor manera, y así comenzó la historia de este mágico día en nuestras vidas.
Los invitados comenzaron a llegar al hotel, algunos dos días antes, otros solo uno, fue hermoso ir por algunos de ellos al aeropuerto, o verlos llegar en el lobby, el aire que se respiraba era completamente diferente al del resto de los días en otro lugar, todos estaban llegando a vacacionar, divertirse y acompañarnos en nuestro día especial.
Mi esposo y yo amamos viajar y conocer lugares nuevos, tener la experiencia de enriquecernos de otras culturas y en la diferencia. Eso fue lo que quisimos compartir este día con nuestros invitados, todos tuvieron que empacar, subirse al coche o al avión con su familia y llegar al hotel; desde ahí cada invitado vivía una experiencia completamente distinta de lo rutinario y más para festejar una boda… ¡Precisamente lo que habíamos soñado! Invitar a nuestros seres queridos a vivir una pequeña parte de lo que nosotros amamos en nuestra vida, viajar.
Recibimos a todos los que pudimos, aunque no a todos los atrapamos en su check-in, y obviamente nuestras wedding planner tanto de la agencia (My Dream Wedding) como del hotel, estaban al 100% esos días ayudándonos con todos los detalles, la bienvenida, ir por las personas al aeropuerto, adornos y detalles aún por terminar, etc… y nos quitaron un millón de peso de encima.
Y por todos los que no habíamos visto, organizamos una cena un día previo a la boda. Nos encontramos y cenamos todos juntos, platicamos, nos reímos, disfrutamos, tomamos fotos, bebimos y nos preparábamos emocionalmente juntos a lo que iba a acontecer al día siguiente.
Increíblemente, aunque siempre te recomiendan “duerme bien” el día previo, mi esposo y yo nos fuimos con todos los amigos a la disco del hotel y nos quedamos buen rato de la noche en la “previa” celebración, esos momentos que disfrutamos tan casualmente juntos, no se cambian por nada, y al final… ¿para qué es el maquillaje de la novia? ¡Lo hicimos valer!
Al día siguiente, nos levantamos temprano, los nervios no nos permitirían dormir, y todo el día fueron preparativos, cada quien estaba arreglando sus detalles con su familia, mi esposo estaba con sus papás, hermanas y abuelitos, tuvieron la oportunidad de ir juntos a la alberca, divertirse y arreglarse también. Yo por mi cuenta desde temprano me fui con mi mamá (Merci González) y con mi papá (Vicente Perales) al salón de belleza en Playa del Carmen, “correr y correr” puede describir mí mañana.
En el salón de belleza nos alcanzó Ricardo Torres, un amigo de nosotros que además sería quien haría las fotos de nuestra boda, desde ahí me sentí muy apoyada por él, atento a los detalles de los nervios previos. Ahí mismo recibí la llamada de una amiga de Guadalajara, Paulina Orellana Alegría, que no pudo asistir a la boda, pero junto con toda su familia (que estaban invitados) a quienes aprecio mucho, me dieron de esos ánimos hermosos que solo de la familia y amigos puedes recibir, fueron breves segundos pero esa llamada y todos los mensajes de ánimo y buenos deseos que recibía me motivaron muchísimo y me agregaron esperanza en el día especial.
Después, en el spa del hotel, fue donde me peinaron y maquillaron, ahí nos alcanzó Felipe de Images Factory, quienes realizaron el video de la boda.
Desde entonces comencé a sentirme el centro de la atención y estoy segura que la gente sonríe contigo por la alegría que se despide desde el corazón ese día. Ves a todos sonreír, saludarte y te miran entusiasmados… ojalá que la emoción de este día se pudiera mantener para el resto de los días de nuestra vida y que de esa manera tan bella se transmitiera a la gente a nuestro alrededor. Definitivamente eso es vivir con “buena vibra positiva” y es un hecho que se transmite.
Al acabar me llevaron en un carrito de golf a mi cuarto, donde todas las damas me estaban esperando para una brevísima sesión de fotos, ponerme el vestido, regalarles el corsage de las damas (que otra queridísima amiga y madrina elaboró: Greissy) y de ahí salir corriendo para la ceremonia próxima a iniciar a las 4 pm en la capilla del hotel.
Mis damas se adelantaron en el carrito de golf y yo subí al coche de mi papá, que nos estaba esperando abajo a mí y a mi mamá. La emoción de ver a tu papi, quien te ha educado y amado siempre; a tu mami, quien nunca se ha separado de tu lado, aún viviendo a distancia, nada la puede igualar.
Yo iba bajando con mi vestido blanco y los tacones altísimos desde mi cuarto en el tercer piso, cuando me acerqué al coche todos miraban, los extranjeros en sus propios idiomas saludaban y mandaban felicitaciones, y esas las considero bendiciones de Dios que embellecieron este día tan especial.
Anduvimos en el coche desde la playa (donde estaba el cuarto) hasta el lobby y la entrada de la plaza (donde se encontraba la capilla), el equipo de wedding planners ya tenían todo (hasta los detalles que ni pudimos acordar) planeado y listo.
Cuando bajé del coche, llevaron a mi mamá hacia la entrada con el cortejo (a mi nadie me veía donde bajé), esperamos mi papá y yo a que todos estuvieran listos y cuando ya entraron todos avanzamos juntos hacia la entrada de la capilla.
Ese momento en el que entras y ves a todos elegantes, reunidos, esperando que tu y tu futuro marido vivan ese momento tan especial, ¡wow! No hay palabras para el salto en el estómago y esa sensación. ¡Además, mi esposo no me había visto en el vestido ni yo lo había visto a el en el altar! … ¡es magia! ¡bendiciones! ¡alegría! ¡llanto! ¡melancolía! ¡pasión! ¡agradecimiento! ¡belleza pura! y el sonido de la música “Here Comes the Bride” sonando para mí, de la mano de mi papá, fue impresionante. Nunca, por más que te imagines, sabes lo que es, hasta que lo vives. ¡wow!
La misa fue hermosa, el padre que la ofició es un muy querido y antiguo amigo de mi familia “Pato” que hizo el gran esfuerzo de venir desde la Sierra Tarahumara para casarnos, bueno nos regaló sus bellísimas palabras, hermosos detalles, el significado de cada símbolo, todo fue perfecto. El coro de “Cheryl y Luis”, de Playa del Carmen, cantó las piezas musicales que habíamos acordado y cada detalle fue lo que debía de ser.
Estuvimos también muy agradecidos porque estuvieron súper atentos todos los integrantes de mi nueva familia política, mi suegra Lizbeth Mengual, mi suegro Andrés Castillo, mi cuñada Elizabeth y su esposo Rolando con sus hijas que fueron las hermosas pajecitas: Sofia y Bárbara, y mi cuñadita Andreita, todos nos apoyaron en esos momentos, en el previo, en la misa y después. También se sentía con muchísima fuerza la sonrisa y alegría de mis hermanos: Rodrigo Perales y Vicente Perales con su esposa Vero Sánchez, quienes con su rostro, su persona y hasta con encomiendas especiales, hicieron este sacramento aún más fuerte y especial. La mirada de mi mejor amiga Maru Arenas con su novio Antonio Rojas desde su lugar, ellos que también los considero mi familia, me hacían llenarme de alegría, la presencia de mis tíos y padrinos, mis amigos que vinieron desde Puebla, Guadalajara, Mérida y toda la familia de mi esposo desde diferentes lugares de Yucatán también. Todos hicieron un viaje complicado y en ese momento, nos reuníamos, para festejar nuestra unión. Su presencia le dio fortaleza a este vínculo y aumento por mucho la alegría de vivirlo junto con ellos.
Una vez acabada la misa, no me imaginaba lo divertido y a la vez doloroso que sería “el arroz”, caía de todas partes y con mucha fuerza, se mezclaba con las burbujas de jabón que volaban a nuestro alrededor, éramos y somos muy felices por lo bendecidos que hemos sido en nuestra vida y relación.
De ahí todos fuimos llevados en carritos de golf a la orilla de la playa donde se hizo la boda civil. Esperamos a que todos estuvieran en sus lugares, con lentes de sol y abanicos para sobrevivir el calor y el sol (aunque ese día fue perfecto, había brisa de mar, el sol daba luz y claridad al agua del océano pero no daba calor ni molestaba, simplemente estaba “en su punto”), y entonces pusieron nuestra pieza musical y nos dispusimos a avanzar al altar cercano a las olas (no sin antes habernos cambiado los zapatos por unos Converse, completamente nuestro estilo) y así avanzamos con la pieza de “Marry Me” de Train, esa sensación de saber que “ya es el momento” es indescriptible e inigualable, la amé.
En el altar, la brisa fuerte del mar movía mi velo (un velo corto que me diseñó mi tía Ana de Dios, diseñadora de vestidos de fiesta y novia de Guadalajara, quien diseñó mi vestido completo y también el velo de 4 metros que utilicé en la misa), esto fue muy divertido y de verdad que algunos novios podrían haberse estresado por detalles como el aire, el movimiento del velo, etc… pero nosotros íbamos decididos a disfrutar cada momento como fuera. Y así fue, el aire y mi velo nos divirtieron un montón. Hubo risa, lágrimas y una vista hermosa del mar, todo durante el speech del juez que celebró nuestro matrimonio civil.
Al acabar la ceremonia tuvimos un brindis breve, agradecimos por la presencia de todos e inauguramos un cocktail con la bellísima ambientación de un saxofonista, todo a la orilla de la playa. ¡Fue hermoso! Tomamos muchas fotografías con nuestros invitados y en menos de lo que pensamos ya era la hora de pasar a nuestra recepción. El equipo de wedding planners se encargó de guiar a nuestros invitados a sus mesas en la locación donde sería nuestra cena.
Nuestro vals fue la canción de “Photograph” de Ed Sheeran. Esa canción que nos describe en muchas maneras y creo que nos motiva a estar juntos y luchar por ello.
Giramos y giramos, nos reímos, nos prometimos mil cosas, fuimos él y yo, ya como esposos, ya juntos para siempre. Nada más hermoso que encontrarte cara a cara con quien vas a despertar cada día, por el resto de tu vida, con la persona que amas, eran sentimientos de paz, alegría y plenitud.
Después bailamos el vals con nuestros papás con la canción “Love Someone” de Jason Mraz, ¡qué sensación tan hermosa!, una de las lágrimas más sentidas de toda la noche para mí cayó en mis mejillas por las bellas palabras de mi papá al bailar juntos, él tan satisfecho, emocionado, orgulloso, recordándome como su pequeña niña y ahora como su hija que inicia una vida nueva. Es una sensación de plenitud, hermosura, paz y alegría completamente fuerte y diferente a todo lo que haya vivido antes.
Esos dos momentos, llenaron mi corazón y serán canciones que recordaré por siempre llenas de emociones y recuerdos imborrables.
Y pues, ya adentrada la noche, continuamos con la fiesta. Cenamos con un buffette delicioso lleno de comida del mar y de la tierra, con una mesa de dulces típicos que armó mi mamá con ayuda de las wedding planners, deliciosa y con un pastel riquísmo. Todo estuvo excelente, también el DJ ambientó súper bien la noche, mis amigos y familiares bailaron sobre la pista y sobre la arena, disfrutando cada momento.
Hasta los abuelitos Maity y Armando, de mi esposo, que fueron nuestros padrinos de lazo, bailaron tanto sobre la arena que acabaron cayéndose y riendo sobre ella como niños pequeños. Impresionante su ejemplo y el amor que se tienen, esperamos mi esposo y yo ser como ellos de grandes y seguir tan unidos y felices.
Todo fue perfecto.
Lanzamos el ramo y la liga, nunca pensé que de verdad sería peligroso, pero Alexia Durán, la wedding planner del hotel, no me soltó nunca mientras estuve arriba de la silla y se lo agradezco, porque ves correr a las mujeres y a los hombres a tu alrededor en la víbora de la mar y nos golpearon mil veces. Así que ese es un detalle importante, ¡que alguien los cuide mientras pasa eso!
Bebimos, bailamos, disfrutamos y al fin el momento del culmen llegó. Agradecimos a todos los invitados que se irían a dormir y nos encontramos con los que decidieron continuar la fiesta con nosotros en la disco del hotel. Fue muy curioso descubrirme con el vestido de novia en la disco, pero fue excelente la sensación de ver a los amigos y familiares reunidos continuando la fiesta, hasta nuestras wedding planners de My Dream Wedding nos acompañaron. Al final de la noche acabamos cenando unas hamburguesas para bajar un poquito la sensación de “tanta fiesta”. Disfrutamos por completo este día y estamos muy agradecidos con todos, de una manera que no se puede explicar.
Pero los detalles de la noche no terminaron ahí, pues al llegar al cuarto teníamos nuestra enorme habitación hermosamente adornada con una botella de champagne, con fresas con chocolate y rosas, la cama tenía un adorno hermoso con cisnes, chocolates y rosas, bueno, hasta esos detalles fueron perfectos. Y el hotel nos regaló nuestras batas y playeras de recién casados.
Al día siguiente, varios regresarían a sus casas, estuvimos en sus despedidas, en el momento de su check out y pudimos inclusive comer con ellos en los diferentes restaurantes del hotel antes de nuestra despedida definitiva.
El primer día de nuestra luna de miel lo pasamos ahí mismo también y tuvimos un delicioso desayuno en la cama para nosotros dos y ahí comenzó la aventura de nuestra luna de miel alrededor de la Riviera Maya en diferentes puntos.
Así que, con todo esto, puedo decir que hacer la gran fiesta para este día especial, no es necesario y hay muchas opciones más para festejar y conocerse en pareja, pero la oportunidad de vivir esta fiesta se vive sólo una vez (no vas a hacer fiesta de boda cuando ya te casaste uno o dos años atrás, bueno, podría ser que sí, pero es una gran dicha si pueden hacerlo en algún momento, el más conveniente para cada relación) es una aventura, es una gran decisión, implica muchas cosas y poner todos tus sueños, dinero y esfuerzo para sacarlo adelante. Pero es, definitivamente, una de las decisiones más hermosas y bellas que se pueden tomar para festejar uno de los días más importantes de tu vida.
Gracias a Dios, nuestras familias, nuestros amigos y a mi esposo por hacer que este día fuera tan mágico como podía ser.
El mejor evento de mi vida. Uno de los mejores días que podría vivir y recordar por siempre.
15 de Mayo 2016. Nuestro día especial.
Merci & Andrés.
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