La boda de Omar y Isabel en Cuernavaca, Morelos

Arriesgaros y siempre debéis hacer los que os salga del corazón, en nuestro caso nuestra perrita Fiona Apapacho fue nuestra padrinita de anillos y cada uno de los padrinos y madrinas que seleccionamos fue pensando en aporte que nos dan cada día en nuestra vida. También, yo usé varios vestidos uno para la ceremonia y otro para la fiesta, me puse una corona de flores y me solté el pelo, usé zapatos rosas y rojos, y me pinte los labios de rojo ¿por qué no?

Si bien, nuestra boda fue internacional y no podría faltar sus toques mexicanos acompañados por Los Chinelos y su Banda (típicos de la zona de Morelos), así como, esquites, taquitos al pastos y música típica de este gran país.

Pensamos que los pequeños detalles hacen la diferencia y más los que tienen un significado más allá de lo material. Por este motivo hicimos con nuestras propias manos tableros con frases que nos identificaban “bienvenidos al sarao (palabra española que hace referencia guateque) de nuestra vida”, dimos campanitas de talavera (procedentes de Puebla lugar de donde es mi marido) para llamar a los ángeles cuando a cabo la ceremonia, abanicos para el calor, los mandiles y chanclas no pudieron faltar, un jabón con nombre personalizado para cada persona y muchas cosas para la fiesta. También los morralitos anticruda (nos lo agradecieron) y rebosos para el frio de la noche. Cada detalle quisimos que fuera único y que nos representara, como una mesa de dulces poblanos, tatuajes temporales de animalitos y un libro de firmas para los mejores invitados del mundo.

Debo decir que casi rompemos la pista, ¡porque no se paró de bailar! Iniciamos bailando con los papás (Por ti Volaré) y nosotros bailamos Yelow de Coldplay y desde el Bailando de Enrique Iglesias que arrancó la pista hasta las 3:00 no estuvo vacía ni un momento. Se aventó el ramo, la liga y hubo un pasillo para dar tequila (no estaba pensado y fue estupendo). Por eso os recomiendo saliros de lo establecido y disfrutar de cada momento.

Son claves tus invitados, que se desplazan para compartir este gran día y por ello ver si son vegetarianos, veganos o siguen alguna dieta especial es importante. También hacer un menú variado y combinado, nosotros pensamos de primero una crema y una ensalada, de segundo pescado y pato y postres de chocolate y creme brulee. La comida estaba deliciosa, la presentación increíble y fue un manjar.

Para nosotros también fue importante hacer presente a aquellas personas que ya no están con nosotros, entre ellos mi madre. La dedicamos un espacio muy importante pero siempre desde la felicidad, si bien esto requiere mucha preparación porque la emoción del momento puede dificultarlo. Debo decir que mi madre estuvo presente y se hizo presente, y se lo agradezco.

Disfrutad de cada momento desde la preparación hasta pasada la boda, cada momento es único. Nosotros nos casaríamos por lo menos una vez al año y, ¿por qué no?, celebrar el amor debería estar obligado y más compartirlo con la gente que más quieres. Por eso comparte cada detalle con tu pareja, ese fue uno de nuestros ideales desde el inicio, porque la boda es de los dos. Si hay diferencias busca el equilibrio y ten presentes a la gente que te quiere, siempre te pueden ayudar.

Así que aprovecho este post que leerá mi marido para decirle, cariño ¿nos casamos de nuevo? ¿en Las Vegas?