La boda de Mario y Oriana en San Miguel de Allende, Guanajuato

La crónica de nuestra boda

Yo soy rumana y mi marido es mexicano. De San Miguel de Allende me enamoré desde la primera vez, así que decidimos organizar la boda allá. No nos gustan las cosas complicadas o demasiado elegantes, así que preparamos todo muy sencillo y a nuestro gusto, sin importar lo que los demás opinen qué hay que tener en una boda. Para empezar, elegí un vestido amarillo (mi color favorito) ya que no me sentía yo misma en ningún vestido de novia. ¡Y qué bueno que lo hice! ¡Me sentí excelente! El maquillaje me lo hice yo misma y con el cabello me ayudó mi amiga, ¡y estoy encantada de cómo quedó! Realmente no necesitas invertir mucho para lucir excelente. Al menos así lo sentí yo ya que no uso nada de maquillaje diariamente. Lo más importante para nosotros era tener bonitas fotos como recuerdito, ya que la familia de mi esposo venía desde diferentes partes del país e incluso tuvimos unos amigos que volaron de Europa ¡justo para la boda! Como nosotros vivimos en CDMX, no fue fácil decidir a quién contratar ya que no nos podíamos ver en adelante. Pero tuvimos mucha suerte a conocer a Marco Moreno quien nos inspiró confianza desde el primer mensaje. Y qué bueno que nos decidimos ir con él, ¡porque todo salió de maravilla! ¡Mucho más de lo que esperábamos! Las fotos salieron excelentes y la pasión y amor por la fotografía que Marco tiene ¡se siente desde lejos! Se veía que realmente le importa que todo saliera a nuestro gusto y no era con nosotros solo por el dinero. Estuvo con nosotros mucho más de que le propusimos al principio y además nos hizo sentir increíbles. ¡No lo puedo recomendar lo suficiente! La misa fue en el Templo de San Juan de Dios, una iglesia maravillosa, tal vez más bonita que la parroquia, y el sermón del padre ¡impresionó a todos hasta las lágrimas! Era mi primera vez viendo como es una boda católica, ¡y me encantó muchísimo! Las tradiciones del lazo, las aras y todo lo demás, me dejaron sin palabras. ¡Puede ser que fue el momento más emocionante de nuestra vida juntos! Luego, decidimos no hacer una fiesta grande, pero en vez organizar un tipo de brunch/fiesta con la familia y los amigos más cercanos en el Club de Golf de Celaya. Tengo que contarles que en camino desde San Miguel a Celaya nos dio hambre, así que paramos para comer tacos y tortas. La fiesta salió muy bien y nos divertimos mucho hasta tarde en la noche con comida mexicana y mariachi. Lo pasamos muy bien, ¡y siento que nada pudo haber sido mejor!