La boda de Javier y Luisa en Cuauhtémoc, Ciudad de México
Modernas Invierno Negro 4 profesionales
J&L
18 Ene, 2020La crónica de nuestra boda
Fue una boda a todo darks. Siempre soñé con casarme de negro y hacer una boda temática inspirada en mi pareja favorita: Morticia y Homero Addams. Respeto profundamente a quienes tienen enormes bodas de princesas, y al haber organizado una boda “sencilla” y conocer del mundo de las bodas, proveedores y sus costos, aún más. No sabía ni por dónde iniciar, y cuando bajé la app de Bodas, no sabía si reír o llorar por todo lo que implica una boda. Lo único que sabes es que quieres todo, pero no sabes exactamente qué.
A pesar de que mi boda fue civil, no queríamos quedarnos con las ganas de celebrar, por lo que le pedimos a todos nuestros invitados que se vistieran de negro y se sintieran lo más cómodos posibles, porque no iba a ser una boda común e iban a bailar toda la noche. No queríamos faltarle al respeto a las tradiciones y creencias de otros, pero queríamos que fuera absolutamente a nuestro estilo. Seamos realistas, las bodas cuestan y la aplicación de Bodas realmente nos hizo aterrizar de verdad lo que necesitábamos invertir sin asustarnos.
Seguir leyendo »En vez de dar un banquete en el que la gente se sienta con hambre hasta que a los meseros se les ocurre servir, les ofrecimos un buffet abierto para que en cuanto llegaran se sirvieran sin restricciones. En vez de llenar el salón con mesas, pusimos periqueras para que pudieran descansar un momento, terminar su comida o detener sus bebidas (que también eran de color negro) pero no dejaran de ser parte de la fiesta.
Hicimos todo al revés: después de la ceremonia civil, en la cual todos nos la pasamos riendo, llegaron los mariachis. Pasamos de ahí a entregar el ramo. No lo aventamos porque es hermoso y no queríamos que se lastimara, por lo que hicimos un arreglo con listones y el pastel, que era la receta de la película “Cómo agua para chocolate”. Desde un inicio se indicó que podían tomar todo lo que quisieran y llevarse a sus casas (les pusimos recipientes para que pusieran lo que quisieran) para que no se sintieran u obligados a comer algo que no querían o cohibidos por querer compartirle a su familia.
Lo más importante para nosotros era crear una nueva familia, por lo que hicimos karaoke en equipos formados por personas de ambas familias y amigos asistentes, actividades para que convivieran y logramos, que incluso quienes no conocían a nadie, salieran con un nuevo grupo de amigos. No hubo gente con cara larga, aburrido o con esa vibra de amigo malacopa que podría iniciar un drama y arruinar el día.
Mi ahora esposo ayudó en absolutamente todo, desde elegir un menú que a nadie dejara con hambre, comprar las flores y mi ramo, la música, ir por los recuerditos que a la fecha nos siguen preguntando si nos sobraron.
Fue una boda hecha con tanto amor que como tal se vivió. Todos pusieron un granito de arena para que saliera increíble. Los proveedores, los invitados, la planeadora que desde un inicio escuchó tanto lo que mi esposo quería y lo que yo deseaba para darnos la mejor opción.
Al final del día, me hace feliz que, aunque la meta es el matrimonio y no simplemente la boda, tuve todo lo ni siquiera me había atrevido a soñar. Sin la aplicación de Bodas no creo haber podido lograr tener uno de los días más felices de mi vida, en el que realmente estuve presente y disfrutando, en vez de estar estresada cuidando cada detalle o pensando que había algo que no me terminaba de convencer.
Recuerdo ese día con gran cariño, y me gustaría que muchas más personas tuvieran la dicha de encontrar a la persona que acepte su locura como mi marido aceptó con una sonrisa la mía, que disfruten el proceso de casarse y que sepan que el estrés o los nervios de planear es absolutamente normal. Que no pierdan de vista a su pareja en el proceso, que son perfectos tal y como son, y no tienen que esclavizarse por verse aún mejores ante un altar, y que el “felices por siempre” uno lo crea a diario.
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