La boda de Héctor y Ale en San Miguel de Allende, Guanajuato

El banquete corrió a cargo de Delicona, en Celaya, delicioso es poco. Arturo y su esposa Carmela se lucieron, desde la espectacular mesa de quesos que los invitados devoraron al llegar después de la callejoneada y un paseo en tranvías, acompañada de mojitos de mandarina y clericot. Entradas con tostaditas de trucha, guacamole con chapulines y flores de calabaza en tempura rellenas de queso de cabra. Pollo en dos moles, verde y en cacahuate con crepas de huitlacoche. Y los postres, mousse de mango y zarzamora, tiramisú y mini churros para chopear con chocolate, cajeta y rompope. En la tornaboda, esquites, barbacoa y en cortesía ponche, además de, hermoso y delicioso pastel que nos obsequiaron.

Mi vestido Rosa Clará lució bello y no dejé de crear expectativa al llegar a la ceremonia casi media hora tarde, nerviosa y emotiva hasta las lágrimas y por qué no, ¡sin ramo! De lo cual no me percaté hasta llegar con Héctor al altar. La misa acortada por el padre, molesto por mi demora y con boda en puerta nos dejó sin comunión ni paz para irse directo a casarnos, aun así, la misa fue muy linda. El ramo a la Virgen tuvimos que improvisarlo con los ramos de mis damas que mandé hacer en papel, pero estaba tan feliz que nada me importó. Después llegaría el ramo e hicimos el cambio.

Uno de los momentos más increíbles fue nuestro saluda de la iglesia con Mariachis cantando a todo pulmón "Novia mía", fue una gran sorpresa.

Nuestra canción de novios fue la misma con la que Héctor me pidió que fuera su novia "Inspiración" de Benny Ibarra y después el emotivo baile con mi hermano y tíos que no esperaba con la canción "The way you look tonight" versión Michael Bublé.

Fue una boda íntima (no más de 130 invitados), y eso sí, estoy convencida de que no hay otro momento en la vida en el cual podamos reunir a toda la gente que nos quiere y queremos. Y podría seguir y seguir con tantos detalles, pero lo resumo en inolvidable y perfecto.