La boda de Felipe y Sophia en Cancún, Quintana Roo

La crónica de nuestra boda

No me caía el veinte hasta que miré al espejo, enfrente de mí, me observé desde los pies hasta la cabeza. Podía observarme de blanco con el vestido perfecto como siempre lo soñe, sentí escalofrios, nostalgia, felicidad, muchas cosas a la vez. Mi mamá a un lado, me hizo sentir que todo era real... y claro, apenas faltaban unos días para la boda y estaba lo que le sigue de nerviosa. Esta es una historia llena de humor, porque así es él, el amor de mi vida. Viviendo bajo el mismo techo me confirma que quiero pasar el resto de mi vida a su lado, hemos descubierto otras facetas de nosotros mismos conforme pasa el tiempo, podría decir que me saqué la loteria. Jamás olvidaré cuando me entrego mi anillo de compromiso, sabía que era en serio, no podía creerlo. ¡Me iba a casar!

El mero día del pachangón, mi corazón latía a mil por hora, no olvidaré ese momento en que ví bajar a mi esposo de la camioneta, tan guapo y arreglado, con él pasaría el resto de mi vida. Senti tanta tranquilidad y paz, prometo que hasta lo vi bajar en cámara lenta. El resto fue todo diversión, pachangon y demás. Aún sigo encantada al ver a las familias unidas. Tengo fé, ganas y amor para que nuestra relación perdure hasta que diosito nos lo permita.