La boda de David y Lillián en Juriquilla, Querétaro

La crónica de nuestra boda

Desde días anteriores se sienten unos nervios distintos a cualquier otro tipo de nervios, pero ese día la verdad yo estaba muy relajada y feliz ya que se vería el resultado de meses llenos de estrés, y trabajo al planear una boda, había días en que necesitaba un pequeño break para poder seguir. Ese día fui al hotel en donde sería la primera sesión de fotos y en donde me arreglarían, todo estaba muy divertido hasta que fue el momento de subirme al auto para llegar al jardín en donde estaría esperándome en el altar mi mejor amigo desde hacía ya más de un año.

El cortejo de damas y caballeros de honor estaban todos listos en sus puestos, todos estaban tan guapos, el el clima en el jardín estaba perfecto, aunque habían pronosticado un chubasco para ese día, y cuando comenzó la marcha nupcial, no sabía que hacer, estaba totalmente atónita al ver todo eso, era demasiada información en tan pocos minutos. En un abrir y cerrar de ojos, mi papá estaba entregándome en el altar.

En el momento de los votos, yo no pude aguantarme las lagrimas, pues todo era mejor de lo que esperaba y todo pasó tan rápido. Cuando terminó, en el mismo jardín fue nuestra sesión de fotos juntos y con el cortejo, la familia y los invitados. Antes de subir a la recepción, el DJ pasó un video cortito de donde explicábamos como nos conocimos mi esposo y yo. Después de eso, todo fue risas y diversión, a la hora del pastel, el ramo, la corbata, la víbora de la mar, los juegos, el banquete. Fue un momento en verdad emotivo para todos, y ese día no lo olvidaré jamás ya que lo había esperado desde hace muchos años.