La boda de Daniel y Cintia en Tepotzotlán, Estado México
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11 Sep, 2016La crónica de nuestra boda
La crónica principal, y para no romper la tradición, la novia llegó tarde. Fue todo un show, pues salí tarde de que me arreglaran. Tenía que estar en la iglesia a las 10:30 e iba saliendo a las 10:15. Tuve que hablar de emergencia a una de mis damas para que le avisara a su mamá que iba a llegar a su casa a cambiarme, mientras en el camino desesperada le hablaba a mi mamá para que llevara el vestido, los anillos, y todo a su casa.
Para colmo, llegó mi mamá pero sin vestido, pues ese lo traía mi primo en otro auto, que durante el camino se perdió... dio como 20 vueltas, y llegó 15 minutos más tarde. Yo para ese momento solo quería morirme.
Mientras tanto, mi esposo me mandaba mensajes, de si ya iba a llegar, y dónde estaba, pues ya era muy tarde. Yo era un manojo de nervios (los cuales no había tenido hasta darme cuenta de que no llegaría a mi boda). Cuando por fin llegó mi vestido, me cambié con la ayuda de mi mamá, y en el camino a la iglesia solo quería llorar y matar alguien, mientras le gritaba al pobre de mi primo.
Seguir leyendo »Al momento de llegar a la iglesia y ver a mis damas todas hermosas y yo tarde... me puse más nerviosa, por lo que entré al recinto, y mi esposo sin molestia, sólo se reía de mí. Pasado ese momento, en la ceremonia, y verlo a él ahí, olvidé todo y comencé a disfrutar del momento.
Ya camino al jardín nos reíamos, aunque yo solo sufría de recordarlo. Al llegar al jardín, solo había 4 familias, por lo que nos percatamos que se habían perdido todos los demás, y comenzaron las llamadas.. (fue divertido) cuando llegaron las damas comenzaron las fotos. Así como con la familia.
Cuando por fin estaban todos, ¡comenzó la fiesta! debo decir que ese día lo disfrutas, pero estás al pendiente de todos. Lo que más me emocionó, he de confesar, fueron las palabras de mi hermano, quién es una persona muy rara, y me hizo sentir la más afortunada. Nos dedicó un video, el cual emocionó a todos y nos dejo en el llanto. Siguió el baile, el pastel y todo fue mágico.
Sólo recuerden, el día de por sí ya es mágico y perfecto, sólo tiene algunas anécdotas (que no me va a perdonar mi esposo dentro de los siguientes 20 años)
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